Alargar la vida de frutas y verduras, siempre manteniendo la mejor calidad, es uno de los objetivos de los productores y exportadores. Pero a menudo se encuentra con un obstáculo: las enfermedades postcosecha. Estas son responsables del deterioro de las frutas y verduras después de su recolección y son una de las muchas causas de desperdicio alimentario durante la fase de transporte, distribución y venta.
La lista es larga, pero desde Ozeano destacamos las siguientes:
Todo ello provoca la maduración acelerada de la fruta, el desarrollo de mohos, reblandecimiento de la fruta, daños físicos … cuya consecuencia se resume en: la pérdida total del alimento, la fruta o verdura, no puede venderse en destino.
Como consecuencia, el tratamiento de enfermedades postcosecha es esencial, y no es para menos, ya que se estiman unas pérdidas postcosecha de frutas y verduras a nivel mundial de entre el 5% – 25% en países desarrollados y del 20% – 25% en países en desarrollo.
Además, cabe destacar, que la lejanía de los nuevos mercados de venta, conlleva un aumento significativo de las pérdidas postcosecha.
Las buenas prácticas son la clave para maximizar la vida comercial de nuestras frutas y verduras y evitar las enfermedades postcosecha. En función del tipo de fruta o verdura, elegiremos unos productos u otros, pero durante el transporte y almacenaje es recomendable: