La crisis sanitaria y económica que estamos viviendo se caracteriza por la incertidumbre. Nunca antes nos habíamos enfrentado, en este siglo, a una situación igual. Y, sobre todo, nunca antes habríamos pensado que esto podría pasar.
Todavía es muy pronto para hacer balance, pero no podemos ignorar el parón que está sufriendo la economía.
Uno de los principales motores de la economía son las exportaciones. Las dinámicas del comercio exterior se han visto paralizadas y en algunos casos alteradas. Es el caso del sector hortofrutícola, que sigue trabajando a diario para garantizar el abastecimiento. ¿Cómo está afectando el coronavirus a las exportaciones de frutas y verduras?
Al inicio de esta pandemia, el desconocimiento de a qué nos enfrentábamos y cómo actuar paralizó cientos de contenedores de fruta en los puertos chinos. Es el caso de Chile qué como consecuencia, experimentó una disminución de hasta el 50% en sus exportaciones de fruta al país asiático.
Ha ido pasando el tiempo y la situación parece normalizarse para muchos países. El sector afirma que las exportaciones (y sobre todo la demanda) se están manteniendo estables.
Por ejemplo, la banana y el plátano (la fruta más consumida a nivel mundial) apenas ha visto afectada su demanda. Con ciertos altibajos, Ecuador reporta datos positivos y por el momento afirma que las exportaciones son estables. República Dominicana, principal exportador de banana orgánica, confirma estos datos.
Las informaciones parecen esperanzadoras para el sector desde el punto de vista de la producción y el consumo. Pero nos falta por analizar un eslabón clave: la logística.
Y es que los desafíos logísticos parecen ser los principales causantes de las dificultades en las exportaciones de frutas y verduras durante esta crisis.
Se aprecian límites al transporte internacional (aumentos de los controles aduaneros, restricciones al transporte aéreo) y hay escasez de contenedores frigoríficos y de camiones. Por ejemplo, desde el sector del aguacate mexicano, afirman que la escasez de camioneros ha encarecido las tarifas de transporte a Europa en un 30% y los servicios logísticos se están ralentizado según Prudencio López de Natural Tropics. Algo muy crítico en frutas y verduras por su carácter perecedero.
Como consecuencia, el precio del transporte ha aumentado y los consumidores estamos viendo el precio por kilo aumentar drásticamente, en algunos casos incluso triplicarse.
Por otro lado, las restricciones a la movilidad, amenazan las cosechas. El cierre de fronteras imposibilita a miles de temporeros viajar a Estados Unidos, España o Alemania para trabajar. La cosecha no se puede retrasar y la falta de mano de obra puede suponer una caída de la producción y como consecuencia de las exportaciones.
Estos países buscan alternativas para cubrir los puestos de temporeros, pero otros países están siendo drásticos. Destacamos el caso de Kenia (proveedor de judía verde, guisantes y aguacates a Europa), donde la mitad de los trabajadores del campo permanecen en casa por la imposibilidad del sector para garantizar la seguridad, pese a que la demanda europea, afirman, se mantiene.
Por último, cabe destacar que las ventas de frutas y verduras se han mantenido gracias al consumo de los hogares, pero el cierre masivo de bares, restaurantes y hoteles supone una gran pérdida de ventas para el sector.
Como conclusión, los datos de exportaciones de fruta y verdura son positivos en el corto plazo. Los productores de frutas y verduras trabajan duro para mantener la calidad y nivel de sus exportaciones. La demanda parece acompañar. Pero los desafíos logísticos, la incertidumbre de cuándo reabrirá el canal horeca y medidas drásticas en ciertos mercados, hace que en el medio plazo las exportaciones de frutas y verduras se vean amenazadas.
No querríamos terminar este artículo sin compartir nuestra perspectiva personal. Igual que hemos empezado, nuestra visión del mercado actual se caracteriza por la incertidumbre. Hemos notado que nuestros clientes se están enfrentando a retrasos en los puertos, y para proteger al máximo sus frutas frescas, se están equipando con éxito los contenedores con más filtros de lo habitual. De este modo consiguen asegurar sus exportaciones eliminando todo el etileno del contenedor, aunque los viajes sean más largos.